LA MONOGRAFÍA
O
ARTÍCULO CIENTÍFICO
A)LA NATURALEZA
DE LA
MONOGRAFÍA
La elaboración de la monografía,
nombre con el que se conoce en la vida universitaria al primer intento de escribir un artículo científico, requiere, por lo menos, de un previo adiestramiento en las técnicas
de la lectura, del resumen del libro, del informe. A través de
todos esos pasos, el alumno debe haber perfeccionado su capacidad de análisis y de inducción
a la vez que su habilidad para dominar un conjunto cada vez mayor de materiales, gracias al paulatino desarrollo de un firme espíritu de síntesis constructiva.
B)EL TEMA
El verdadero punto de partida de una monografía no es la necesidad de cumplir con una exigencia impuesta
por las normas universitarias, sino el sentir verdadero entusiasmo por un tema y preferirlo entre otros posibles. Gracias
a un tema predilecto nace y crecen sus páginas
alrededor de él.
Pero no siempre es fácil encontrar
temas. Hallarlos supone un hábito de leer y haber
adquirido, a través de la lectura, una especial sensibilidad para descubrirlos. En ciencias se requiere, por lo general, tener además alguna experiencia de laboratorio y haber
desarrollado de ella, una penetrante capacidad
de observación. Y no siempre cuando se
busca por primera vez, uno alcanza
a encontrarlos por sí mismo, sino es con la ayuda de una persona que nos oriente. Y, en muchos casos, es posible afirmar que el principiante
sólo se limita a elegir uno de los temas propuestos por el profesor, en cuyo caso es
indispensable que, una vez elegido,
el estudiante concentre su atención sobre él y cultive su personal interés por el tema, es decir, que sea capaz de asimilarlo,
de sentirlo como una de sus más vivas preocupaciones.
C)LA INFORMACIÓN
Una vez elegido y delimitado el tema de la monografía,
es necesario explorar las fuentes
de información para obtener el necesario conocimiento de la bibliografía más elemental e importante acerca de nuestro
tema. Es cierto que al elaborar nuestra
primera monografía, se depende, en gran medida, el consejo y la
ayuda del profesor, pero es muy provechoso empezar a independizarnos, aprendiendo a elaborar una bibliografía especializada completa
de la materia.
Para ello hay que acudir a los más comunes
depósitos de información, empezando
por utilizar las bibliotecas
institucionales y públicas, familiarizándose
con ellas, de tal modo
que se conozcan tanto la disposición de sus diversas secciones cuanto la organización de sus fondos y sus correspondientes catálogos bibliográficos de autores, títulos y materias. En ellas,
pues, se encontrarán noticias bibliográficas y ciertos datos útiles para nuestra primera incursión en el tema.